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lunes, 26 de octubre de 2015

Generación de Inútiles

¿En qué fallamos?

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono, viendo tele o conectados a la Internet. No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con “arreglar algo en el hogar”.
Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles 'defectos' a sus padres, a los cuales acusan a diario de “sus traumas”. No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo. Hay que darles su 'semana' o mesada, de la que se quejan a diario porque -'eso no me alcanza'-. Si son universitarios, siempre inventan unos paseos de fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo, cayéndose de borrachos o habiendo fumado una Hookah.
Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el día en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles. Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 16 y los 24 años y que conforman a la ya tristemente célebre Generación de los NINI’S, que ni estudian ni trabajan, o estudian y trabajan con todo el pesar.
¿En qué estamos ‪‎fallando?
Para los nacidos en los ochenta y noventa, el orgullo reiterado era que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas o cargaban leche para hacer queso; otros llevaban al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o tenían un pequeño salario en la iglesia en donde ayudaban a oficiar la misa cada domingo, y algunos otros labraban el campo con sus padres, desde el amanecer hasta que se escondía el sol.
Lo que le pasó a nuestra generación es que nosotros mismos “elaboramos un discurso” que no dio resultado: “¡Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé!”. Usted porque tiene lo que tiene…? Pues porque le costó su esfuerzo… muchos sacrificios, y así es que aprendimos a valorar los esfuerzos de nuestros padres al “ver y compartir” su esfuerzo, en lugar de “ocultarlo” y aparentar que todo es “color de rosa” en la vida. Sin embargo, nosotros acostumbramos a nuestros hijos a recibir todo por obligación.
Nuestros hijos nunca han conocido la escasez en su exacta dimensión, se criaron desperdiciando...
El 'dame' y el 'cómprame' siempre son generosamente complacidos y ellos se han convertido en habitantes de una pensión con todo incluido, (TV, DVD, Equipo de sonido, Internet y comer en la cama, Recogerle el reguero que dejan porque siempre se les hace tarde para salir, etc…) y luego pretendemos que nuestra casa sea un hogar… o exigimos o preguntamos, porque nuestros hijos se aíslan, no comparten con nosotros, ya que cualquier cosa es mejor que sus padres o una actividad familiar.
Quien les suministró todo eso a nuestros hijos…NOSOTROS MISMOS, SOLITOS Y SABIENDO QUE NO ESTABA BIEN. Al final se marchan al exterior a la conquista de una pareja y vuelven al hogar divorciados o porque la cosa 'se les aprieta' en su nueva vida. Los que tienen hijos pequeños, pónganlos los domingos a lavar los carros y a limpiar sus zapatos… a ganarse las cosas. Un pago simbólico por eso puede generar una relación en sus mentes entre trabajo y bienestar. La música de moda, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó, y ellos se aprovechan de nuestra supuesta desinformación para salirse con la suya; ya que ahora los patos le tiran a las escopetas, pues ahora somos padres ignorantes con hijos informados –mal- pero con información al cabo. Será cierto que:
“Somos la generación que pedía permiso a los padres; y pide permiso a los hijos...?”
Estamos forzados a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las domésticas, maestros, y en un medio ambiente cada vez más deformante y supuestamente por nuestro cargo de conciencia de no tener mucho tiempo con ellos, subsanarlo con cosas materiales.
Texto: Danilo Humberto Noguera Rivera
Ahora, yo solo digo que aprendas a valorar lo que tienes, ya que por alcanzar lo que deseas puedes perder lo que es tuyo. Recuerda que el precio de las cosas es el que tú estés dispuesto a pagar por ellas. Hoy en día muchos saben el precio de todo, pero pocos saben apreciar su verdadero valor. Valora tu trabajo, tu familia, tu carrera, a tus verdaderos amigos, valora las pequeñas oportunidades y valórate a ti mismo. 
Dios te creo y eres una joya única, tu valor es el que tú estés dispuesto a darte. Si no te valoras tú, otros no te valoraran. Ser original es una virtud, tratar de serlo es un gran error. Se tú, ten identidad y siéntete bien contigo mismo.
El miedo nos paraliza. Todos tenemos miedo a algo en nuestra vida y es normal. Temer a nuevas experiencias y nuevos retos, pero el problema está cuando ese miedo nos paraliza y no nos permite avanzar.
El miedo a fracasar, el miedo a tomar ese nuevo reto, el miedo a morir si no estoy con esa persona, el miedo a estar fuera de mi comodidad y quedar vulnerable, el miedo al futuro, el miedo, el miedo, el miedo… “Nos paraliza”
Es tiempo de vencer el miedo que impide tu crecimiento, que impide que avances, que impide que crezcas.
No dejes que el miedo y la prisa te haga preso de su rutina. Siempre tendremos prisa para algo, pero deja que tu corazón sea sensible a esas oportunidades que Dios te da de compartir un poco de lo que Él te da diariamente. 
A veces lo poco que podemos dar es mucho para otros que lo necesitan más que nosotros. Abre tu corazón, es tiempo de dar. Se tú el milagro de alguien... Al igual que algún día esperamos que nuestros hijos sean hombres y mujeres de bien, de los cuales nos sintamos orgullosos, esos mismos deseos tienen nuestros padres de nosotros, así que adelante, ayuda, preocúpate, agradece, comprende algunas decisiones aunque vayan en contra de la tuya, y sobre todo esfuérzate no por ser el mejor hijo, sino por guiarte por el buen camino, que tu éxito haga todo el ruido…

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